Esta obra sólo se exhibió una vez en Alemania, en 1932. Con la subida al poder del nuevo canciller, Hitler, se prohibió esta obra y otras 260 obras de este autor, Otto Dix.
Antiguo combatiente de la Primera Guerra Mundial, Dix entró en la lista de autores, denominados por los nazis, "degenarados" por ser, entre otras cosas, derrotistas. De hecho, alguna de sus obras terminó en la hoguera.
La guerra –dijo Dix en una entrevista de 1961 – es algo embrutecedor:
hambre, piojos, fangos, esos ruidos enloquecedores. Todo es distinto.
Mirando cuadros más antiguos, he tenido la impresión de que falta por
exponer una parte de la realidad: lo repulsivo. La guerra fue una cosa
repulsiva, y pese a todo, imponente. No podía perdérmela. Hay que haber
visto a los hombres en ese estado voraginoso para saber algo sobre
ellos.
Estupendo artículo a leer:
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