Hace pocas fechas nos dejó Máximo. De obligada referencia en esto que intenta ser un diario de la censura. Autor polifacético: escritor que dibuja y dibujante que escribe.
En 1974 editó este fantástico librito fuente inagotable para los que estamos interesados en el asunto.
El tío no se censuró en absoluto y se despachó a gusto con esta señora censora en su libro en el que se preguntaba cuál era el eufemismo acertado para referirse a ella con toda la retranca del que el señor Máximo era capaz:
¿Cómo se llama usted ahora? ¿Consulta Voluntaria? ¿Depósito de Ejemplares? ¿Comisión Profiláctica? ¿Erradicación de Imprudencias? ¿Salud Mental? ¿Institutriz del Pueblo?
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