Que nadie se llame como él.
Que a los niños no se les ponga su nombre.
Que los que se llaman ya de ese modo renuncien voluntariamente a él.
¿Hay otra manera de hacerlo?
Pues un método mucho más contundente es utilizar la técnica de la recientemente fallecida Duquesa de Alba. Te armas de papel y boli y te bautizan como: María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa
Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia
Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de
Silva Falcó y Gurtubay.
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