domingo, 16 de junio de 2013

Declaraciones de un prohibido




Hace más de 20 años nuestro profesor de árabe de la facultad nos habló de Salman Rushdie. ¿La razón? No lo recuerdo pero lo cierto es que siempre le preguntábamos cosas sobre su país natal, Egipto, y sobre otras cuestiones del Islam. Él era un musulmán heterodoxo  (le encantaba el jamón) y nos explicó que no entendía bien la polémica en torno a la obra de este autor británico (de origen indio) que había llevado a que el propio ayatollah Jomeiní leyera una edicto religioso por radio en el que se condenaba a muerte al escritor.
 
No he leído Versos Satánicos (¿Alguien lo ha hecho?), mi profesor nos contó que le pareció aburrido y eso me bastó en su momento y me basta ahora para no lanzarme  a ello. Pero quisiera recordar que por culpa de ellos se asesinó (a algún traductor), se agredió (a algún editor) y de hecho, se prohibió en una serie de países, no todos musulmanes: Pakistán, Arabia Saudí, Sudáfrica, La India, Indonesia, Egipto, Somalia, Bangla Desh, Sudán, Malasia, Indonesia, Qatar...

Pero el otro día leí unas declaraciones suyas, me refiero a Rushdie, y me gustaron, muy atinadas (quizá demasiado preparadas). Parece que iban destinadas a un lugar como éste que estás leyendo y, por tanto, lo corto y lo pego:


Y llegué a la conclusión de que sí, que era necesario encarar batalla. No solo eso, sino que se trataba del regreso a una lucha que creíamos haber ganado hacía tiempo. La batalla de la Ilustración. Hace 200 años estaba claro que el enemigo no era el Estado, sino la Iglesia. Que para crear un clima de auténtica libertad de pensamiento resultaba crucial derrotar el poder de la Iglesia para limitar lo que se podía decir. Acabar con las inquisiciones, las excomuniones, las torturas. Que no podía permitirse a la religión dar permiso para decir lo que se podía decir. Gran parte de nuestra actual concepción de la libertad deriva de esa época. Creíamos que no íbamos a vernos obligados a volver a luchar por eso.


Fuente de los países en los que se indica su prohibición

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